Whistleblowing: ¿qué es?

¿Conoces que es el Whistleblowing? La transparencia y las buenas prácticas normativas son más y más requeridas con el paso del tiempo. Ya no solo por trabajadores y empleadores, sino que los propios clientes del bien o servicio de las empresas exigen conocer dónde, cómo y en qué están invirtiendo su dinero.

Para cumplir con esto, las leyes europeas requieren la creación de canales de denuncia internos para evitar la mala praxis empresarial, conocidos como whistleblowing.

Whistleblowing: una forma de evitar las malas prácticas dentro de una empresa

Empecemos por el principio: ¿qué es exactamente el whistleblowing? Como decíamos, se define como la apertura en una empresa de canales de denuncia internos que faciliten la comunicación de comportamientos delictivos, poco éticos o irregulares dentro de esta.

De esta forma, el whistleblowing es una especie de vía de comunicación que da a aquellos que forman parte de una empresa el poder de garantizar las buenas prácticas internas en el entorno laboral y, por tanto, evitar que haya consecuencias penales derivadas de una mala praxis.

Surge, de esta forma, la figura del whistleblower: la persona dentro de la empresa que denuncia hechos o comportamientos que pueden ser constitutivos de delito o fraude.

¿A quiénes protege el whistleblowing?

El whistleblowing tiene como objetivo proteger tanto a empresas públicas como privadas en las que puedan cometerse ciertos delitos, ya sea por desconocimiento o por llevar a cabo deliberadamente prácticas malintencionadas.

Entran dentro de este espectro delitos como: fraudes y estafas, blanqueo de capitales, incumplimiento de la normativa de protección de datos, evasión de impuestos, corrupción interna, irregularidades con la Seguridad Social o la Agencia Tributaria, etc.

¿Quieres implantar el whistleblowing en tu empresa?

Para que pueda llevarse a cabo el whistleblowing en una empresa, esta tiene que establecer canales internos de comunicación que favorezcan la denuncia de hechos delictivos. Para esto, además, no solo tiene que existir la absoluta libertad para que los posibles denunciantes no se sientan cohibidos al hacerlo, sino que no pueden existir represalias ni amenazas veladas por ello. Además, tiene que mostrarse predisposición por parte de la empresa a tomar las medidas necesarias ante cualquier denuncia, mostrando interés en resolver la situación.

La normativa europea propone varias medidas para su implantación, entre ellas:

  • Activar canales que faciliten la formalización de las denuncias
  • Garantizar la seguridad del denunciante
  • Nombrar a una persona encargada de tramitar las denuncias
  • Tratar todas las denuncias de forma justa y diligente
  • Establecer un plazo máximo de tres meses para informar sobre la tramitación de la denuncia

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